10 de octubre

Número: 169

Abre la Sala de Prensa del Festival Internacional Cervantino

 

La Fiesta del Espíritu recuerda a Carlos Ximénez reportero decano del FIC con la develación de una placa

 Hombre dedicado por entero al periodismo

En el marco de la apertura de la Sala de Prensa Carlos Ximénez, con  la presencia de la directora del Festival Internacional Cervantino, Marcela Diez Martínez; de Laura Lugo y González viuda de Jiménez; de sus hijos Carlos, María Elena y Felipe; de sus nietos Mariana Prieto Jiménez y Santiago Ramos Jiménez; de la directora del Instituto de Cultura de Guanajuato, María Adriana Camarena de Obeso, y de la coordinadora general de Comunicación Social del Gobierno del Estado de Guanajuato, Angélica Aguilar, se develó una placa para recordar al reportero decano del Festival.

Al respecto, Diez Martínez dijo: “como se acaba de mencionar, fue en 1990, cuando Carlos Ximénez recibió de sus compañeros el reconocimiento a su labor, dándole su nombre a la sala de prensa de este Festival. Este año, tras su partida (el pasado 19 de mayo) y con la presencia de su familia, queremos recordarlo, aquí en el espacio donde, como siempre, los reporteros se reunirán para escribir sus notas durante estos 19 días que durará el Festival.

Ximénez Estrada, autor del libro Festival Internacional Cervantino. Un cuarto de siglo, nace en 1937 en la Ciudad de México. Sus andanzas se igualaban a las de Alonso Quijano pues peleaba batallas pero con pluma y libreta. En una de sus aventuras llega a la redacción de diario Novedades, donde a los 16 años descubre su motivo en la vida: el periodismo, que ejerció con vehemencia y orgullo.

Las clases privadas de inglés que tomó por orden de su madre en su infancia y que aprovechó al grado de dominarlo, le hizo ganar un lugar en el entonces fundado diario mexicano The News, el cual le abre las puertas para cubrir el Festival Internacional Cervantino.

A raíz de ese hecho se consolida como periodista al entrevistar a figuras del arte mundial que integraban la programación de la fiesta cervantina en aquella época, entre ellos Rudolf Nureyev, además de establecer amistad con importantes periodistas y escritores como Manuel Blanco Méndez.

Con esa experiencia se convierte en un guía para los reporteros, a quienes aconseja y de quienes aprende, pues Carlos predicaba el principio de que uno nunca deja de educarse. Era una persona que contagiaba con su alegría a sus colegas, quienes en respuesta lo veían como un padre, un decano.

A final de las jornadas cervantinas, el grupo de reporteros del que formaba parte se reunía en cafés y bares donde tenía lugar un cambio de impresiones y datos, disfrutando todos de un ambiente más relajado. En esa bohemia las rivalidades se olvidaban y comenzaba el aprendizaje. Fueron esas sobremesas las que este periodista plasmó en su libro Festival Internacional Cervantino. Un cuarto de siglo, publicado en 1977

Carlos Ximénez fue ferviente amante de la música antillana, cuyo único sueño trunco fue quizás no haber entrevistado a Fidel Castro, hombre fuerte de Cuba. Pese a esto, no puede negarse su brillante legado: haber impreso una dimensión humana a un quehacer cotidiano, y haber marcado el ritmo y la excelencia del periodismo cultural en el Cervantino. Hombre humilde de gran amor por la cultura, logró educar y formar generaciones de públicos y reporteros para el Festival Internacional Cervantino y para México.

 

 

 

 

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Develación de la placa de Sala de Prensa Carlos Ximénez
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