Número: 206
Un montaje unipersonal
Desata ovaciones del público la obra Esto NO es sobre discriminación
La tarde del miércoles 17 de octubre, en el Teatro Cervantes de la ciudad de Guanajuato, conforme a la programación del XLVI Festival Internacional Cervantino en el área de teatro, se presentó la puesta en escena Esto no es sobre discriminación escrita por Roberto Mosqueda, quien también interpreta este montaje unipersonal.
Su representación aspira a analizar el complejo problema en que el ser humano rechaza a quienes considera distintos y por ello decide ejercer una serie de violencias en su contra, a saber: bullying en la escuela por ser afeminado, menospreciar personas por su color de piel y el no obtener un puesto de trabajo tan sólo por ser mujer, son algunas situaciones que se abordan a partir de una serie de viñetas escénicas.
La obra narra la historia del sociólogo Pedro Díaz Jiménez, quien estudia su doctorado en la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, luego de haber emprendido un viaje por el mundo para encontrarse a sí mismo tras de vivir una experiencia que lo afectó de manera profunda.
Trabajo multidisciplinario estrenado en el 2016, centrado en el aspecto humano más allá de mostrar una problemática social; así, tal concepto no se basa sólo en un estudio sino en la humanidad a decir del propio Mosqueda, pues el texto parte de una investigación en cuyo proceso se reunieron historias de varias personas para crear un solo personaje.
En un escenario austero, sin más utilería que una docena de huacales, el histrión y bailarín se desplazó una y otra vez alternando su representación actoral con coreografías y escenas en video para dar vida a un puñado de personajes, entre ellos un niño, una indígena y un campesino. En determinado momento bajó del escenario para invitar a un par de espectadores (hombre y mujer) a participar en la obra, donde fueron alumbrados por otro sector del público ubicado en los costados del foro.
Esto no es sobre discriminación trata de que el espectador pueda vivir una experiencia de carácter interdisciplinario, donde la clave consiste en interactuar y reflexionar, de tal manera que cada uno sea capaz de obtener sus propias conclusiones sobre por qué Pedro se vio obligado a deambular por el mundo para entender el comportamiento humano.
Esta puesta en escena en la XLVI edición del FIC mezcla artes escénicas como la danza y el teatro con medios audiovisuales; además, vale la pena destacar que dicha obra fue seleccionada para presentarse en la Muestra Nacional de Teatro.
A partir de una experiencia interdisciplinaria e interacción con el público mediante su propia reflexión introspectiva, este montaje unipersonal resulta en una historia que cada uno de los espectadores desea ver y en las preguntas que están dispuestos a plantearse.
Sin duda, la propuesta de Mosqueda agradó sobremanera al público del Festival que asistió al Teatro Cervantes, pues ovacionó de pie su desempeño artístico; a su vez, las autoridades e instituciones culturales de la entidad le otorgaron un reconocimiento al término de la función, por su destacada participación en el Cervantino de 2018.
La obra es un proyecto escénico generado gracias a la beca para el periodo 2014-2016 en el área de Jóvenes Creadores, otorgada por el Programa de Estímulos para la Creación y el Desarrollo Artístico del Instituto Estatal de la Cultura del Gobierno del Estado de Guanajuato.
Nacido en León, Roberto Mosqueda fue becario del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en 2010 por medio del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Guanajuato con el proyecto “Posdata”, nominado como una de las diez mejores creaciones del Encuentro de Amantes del Teatro organizado por el Instituto Internacional de Teatro de la UNESCO. También cabe destacar que en 2012 realizó una residencia artística con la Kibbutz Contemporary Dance Company en Israel.
Jaime Sierra y Janett Juárez colaboraron con Mosqueda en la creación; además, Janet Juárez se encargó de la dramaturgia, la escenografía y la producción. Asimismo, Melissa Amor fue responsable de la producción, en tanto Paola Arenas tuvo a su cargo la iluminación escénica; Joel Falcón realizó el video, la fotografía y la imagen, y Priska Vargas fue asesora en materia de coreografía.