• Integró arias y una canción brasileña

Una velada llena de matices ofreció la soprano estadounidense Nadine Sierra, acompañada por el pianista mexicano Ángel Rodríguez en el Teatro Juárez. Desde los primeros momentos del concierto, el público quedó hechizado por la voz de la cantante.

Fue al mismo tiempo muy íntimo y con mayor control sobre su repertorio compuesto por famosas arias y una canción latinoamericana del autor brasileño Heitor Villa-Lobos.

La cantante, originaria de Florida, no sólo repitió el éxito que tuvo con la Orquesta Sinfónica de Minería el pasado 2 de mayo, sino que logró una profunda conexión con su audiencia ya que fue muy ovacionada.

Explotó al máximo las facultades de conocidas obras y les otorgó un sentimentalismo que revitalizó a El barbero de Sevilla o a Las bodas de Fígaro, y les dio más dimensión.

De Rossini cantó Obertura a L’italiana in Algeri que contó con arreglos de Ángel Rodríguez. Con gran carisma y calidez humana, Nadine Sierra interpretó a Verdi, más puntualmente Caro nome, de la ópera Rigoletto. Dejó sentir el amor imperecedero de los amantes del clásico inglés Romeo y Julieta, adaptado al canto por Charles Gounod, con la aria Je veux vivre.

Las otras dos partes que conformaron el repertorio del recital fueron Regnava nel silenzio, de Donizetti y Depuis le jour de Charpentier. Al término de la gala, el público la ovacionó.