• Chicos y grandes disfrutan con sus esculturas de aire
• La pareja de clowns interactúa con el público

Una gran jornada tuvieron los clowns neoyorkinos Seth Bloom y Christina Gelsone, integrantes de la compañía estadounidense Acrobuffos, que en el marco de la edición XLVI del Festival Internacional Cervantino estrenaron en Guanajuato su espectáculo Air Play ante cerca de mil 300 personas que colmaron el Auditorio del Estado para disfrutar sus esculturas de aire.  

Su día comenzó por la mañana en una colonia de la periferia de Guanajuato, llamada Pueblito de Rocha, a donde acudieron para coordinar un taller de formación de públicos para más de un centenar de infantes, como parte del programa Cervantino para Todos, en el que tomaron parte chicos y grandes.

Ambos artistas compartieron con los pequeños talleristas algunas técnicas de calistenia, introducción al teatro y rutinas clown; de manera que por alrededor de una hora los pequeños se divirtieron y obtuvieron una semilla de este arte.

Esther Garza, directora de Mujeres Pro Guanajuato, AC, manifestó al final de estas actividades que el año pasado realizó una tarea semejante en cuatro comunidades del municipio de Guanajuato; mencionó también que en la colonia Pueblito de Rocha desde hace 15 años se tiene una problemática muy seria en relación con los valores, de ahí la necesidad de ofrecerles algo en qué creer, sobre todo porque se trata de una población de escasos recursos.

Las esculturas formadas con telas de seda y corrientes de aire, generadas por una decena de ventiladores que les hacía tomar diversas formas estuvieron a cargo del escultor Daniel Wurtzel; el artista también construyó piezas para Cirque du Soleil, Julie Taymor, Robert Lepage, Diane Paulus, Franco Dragone y para los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi.

Con el apoyo de recursos técnicos y el talento de sus protagonistas, Air Play encantó a todo el público reunido en el Auditorio del Estado, el cual disfrutó por cerca de una hora las rutinas clown de los simpáticos actores, quienes incluso bajaron del escenario y con sus enormes globos inflados con helio interactuaron con los espectadores.

Con un estilo de comedia hilarante, apoyado por una propuesta musical ecléctica, Air Play narró la aventura de dos hermanos por un mundo imaginario donde los objetos ordinarios se transformaron en piezas hermosas; los globos se desplazaron con movimiento propio, el papel multicolor se mezcló con el cielo nocturno y un enorme dosel de seda flotante alteró para siempre un futuro cuyos creadores escénicos (Bloom y Gelsone) definen como una propuesta mitad circo y mitad museo de arte moderno.

De tal forma, Christina Gelsone y Seth Bloom jugaron con el impulso del viento y lograron generar sucesos poéticos sobre un espacio circular que recuerda las pinturas surrealistas de Joan Miró; como si tres notas de color hicieran emerger círculos y líneas con volumen que se elevaban, descendían, quedaban suspendidos y agrandaban o reducían sus dimensiones.