• Colaborarán en México con Troker, Fanko y Los Becerros

Residentes en Bélgica, con una propuesta multicultural, La Chiva Gantiva provocó una revolución en la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas al interpretar una serie de temas de su programa Despegue Tour, que los trajo al XLVI Festival Internacional Cervantino.

Temas como Pelao, Wepajé y El ritmo lo llevo yo, incluidos en Pelao, Vivo y Despegue, retumbaron en la explanada del recinto cultural más importante del estado de Guanajuato donde se congregaron jóvenes para celebrar una fiesta con la complicidad de la banda colombiana. Rafael Espinel, vocalista del grupo, recordó que la agrupación nació “de la rumba y de la fiesta”, convirtiéndose después en un grupo profesional y parte esencial de sus vidas.

En su primer álbum discográfico consiguieron el respaldo del productor Richard Bair quien había trabajado ya con Toto La Momposina y Sidestepper y en general, con cantantes o grupos que hacían música por convicción. En ese proyecto se dio prioridad al presente musical de la banda, girando en sonidos sencillos y sutiles que reflejaban sentimientos a flor de piel.

El segundo trabajo de Larga Duración recogió sonidos de guitarras de gran fuerza y vitalidad, haciéndose presente la esencia roquera por la intervención del productor neoyorquino Joel Hamilton. Por cierto, el último LP consta de 11 temas producidos por Iván Benavides y Vincent Poujol: canciones románticas e introspectivas, pero también se pueden escuchar cumbias rebajadas, ritmos más lentos y electrónicos. Natalia Gantiva, que da nombre al disco comentó: “sin ser pretensiosos, es nuestra madurez […] tenemos mucho más claro lo que queremos hacer”.

Felipe Deckers esbozó un apunte sobre el presente de La Chiva Gantiva; “su sonido ya no es folclor colombiano, no es rock, ya no es mezcla de elementos distintos sino identidad, resultado de muchos años a nivel sonoro, visual y a nivel del espectáculo”, basada en un proceso de evolución que parte de una búsqueda genuina y artística.

La adhesión de músicos de diferente nacionalidad les ha ubicado en un espectro musical amplio y distinto como el taiwanés Tuan Ho Duc, interesado en crear nuevos sonidos sumados a la tecnología, y Martin Mèreau, baterista belga y jazzista.

Detrás de la diversidad cultural de la agrupación hay una gran tolerancia ante el tira y afloja para resolver conflictos. Respecto al mestizaje de sus integrantes se comentó que la música colombiana y latinoamericana expresan alegría en medio del sufrimiento. La agrupación ha buscado que no la etiqueten en la cumbia; nunca se ha encasillado para no perder así su libertad y creatividad musical.