• La obra ha evolucionado de manera constante

La idea de crear públicos y quitar complejos, en este caso sobre la danza, es la propuesta de Daniel Abreu, quien se presenta en el marco de la edición XLVI del Festival Internacional Cervantino para escenificar el estreno en México de su obra Cabeza, una pieza que resultó a partir de una experiencia que vivió pero que no por eso es autobiográfica.

Dicha coreografía se presentará en Teatro Cervantes de la ciudad de Guanajuato, foro en el que el público podrá apreciar la evolución de esta obra. A pregunta expresa, el bailarín y coreógrafo señaló que toda la primera parte de la obra es físicamente muy dura, aunque por suerte se ha ido suavizando: “Porque si no mis piernas ya me las hubieran quitado; de hecho, he transformado el final también para ofrecer un lugar mucho más esperanzador”.

El coreógrafo español explicó que Cabeza parte del concepto de construcción-destrucción. Un lugar que marca el principio y, al mismo tiempo, el fin; un espacio de identidad como presencia y forma de las cosas, o simplemente todo lo contrario como lo expresa el propio artista. Más que una narrativa, el coreógrafo presenta una grieta en la que un extraño paisaje provocado por un golpe detiene al espectador y lo impulsa a observar el cerebro desde afuera.

Aun cuando la coreografía se transforma en cada presentación, Abreu busca mantener la esencia de su pieza, pues considera que Cabeza crece con él; aunque en el fondo sigue siendo lo mismo, si bien tanto el artista como el espectador la conciben de otra manera, más suave, consideró.

Las declaraciones tuvieron lugar en la sala de prensa Carlos Ximénez de la ciudad de Guanajuato, a donde Abreu acudió para conversar con representantes de los medios de comunicación la mañana del 24 de octubre, ya que por la tarde tendría lugar el estreno en México de su obra, en la que participará con un solo y la intervención breve de otro bailarín, teniendo como temática el dilema del inicio y el fin de la construcción-destrucción en escena.

Al preguntarle su opinión de las charlas introductorias que el Festival Internacional Cervantino realiza antes de las presentaciones artísticas, el coreógrafo español Daniel Abreu manifestó: “Eso me parece maravilloso, porque muchas veces el espectador pierde la obra en el sentido de que va con ideas preconcebidas”.

“Como espectador te relajas, no hay que entender ninguna figura; ninguna princesa y ningún príncipe que se vayan a enamorar y les pasen cosas”, dado que ha cambiado la narrativa. Consideró también que poder contarlo y compartirlo antes de que el espectador se siente y lo disfrute sin develar nada, es bueno para la mejor apreciación de lo que verá luego de interactuar mediante el diálogo con los asistentes a las presentaciones artísticas.

Además, le parece un gran acierto por parte del Festival. “En realidad es algo que yo voy a poder transmitir a otros festivales, esta idea de crear públicos o de quitar ese complejo, en este caso hacia la danza, y poder compartirlo y llevarlo a cabo; el hecho de poder contar qué hacemos o qué vamos a hacer sobre el escenario”, consideró.

Daniel Abreu es ganador del Premio Nacional de Danza 2014 en la categoría de creación que otorga el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, entre otros premios más; artista originario de Tenerife, plantea las fantasías y realidades de un torrente de energía, donde la lógica pierde sentido y lo congruente consiste en mirar el mundo para ver cómo se mueve.

Con una amplia trayectoria respaldada por más de cincuenta producciones, consideradas arriesgadas e innovadoras por la crítica española –y por las que ha recibido premios y reconocimientos–, Abreu ha situado a su compañía como una de las más destacadas de Europa.

De este espectáculo de danza unipersonal Abreu ofrecerá dos funciones en el Teatro Cervantes, los días miércoles 24 y jueves 25 de octubre, a las 18:00 horas. Previo a la función del miércoles, Rosario Manzanos dará una breve charla introductoria en el lobby del teatro a las 17:30 horas.